Sieslo: pero papá, me da miedo no lo había hecho nunca antes
Papá: tienes treinta y tantos, alguna vez tendrás que hacerlo
Sieslo: si lo se, pero no sé cómo se hace
Papá: bueno yo te ayudo
Sieslo: puedes venir tu conmigo? que seguro no me entero de nada de lo que me pida el tío ese.
Papá: bueno voy contigo, pero no olvides llevar dinero que encima no pensarás en que te lo pague yo
Bueno y así fue como mi padre me ayudó a reunir el valor necesario para pasar por primera vez la ITV de mi coche, coche que por cierto ya había pasado unas cuantas. Fue el año pasado, cuando ya no me quedó más remedio que pasarla yo, antes nunca lo hice, una pequeña parte por culpa de los demás y gran parte por culpa mía. En ese aspecto he sido muy comodona y dependiente y dejaba que las cosas de ese tipo y otras más las hicieran por mi. Ahora me doy cuenta del gran error que es permitir eso. Mi ex-pareja se ocupaba de todo lo que a mí me daba pereza hacer y así cuando él ya no estaba, me encontré con más de treinta años y siendo una completa ignorante y torpe para desenvolverme en varios temas, en este caso lo relacionado con el coche. Pero todo eso afortunadamente ha cambiado.
Pues bien ahora ya se que pasar la ITV, no tiene nada de complicado, aunque si he de ser sincera, no fue "llegar y besar el santo" Hasta tres veces tuve que ir a lo de la ITV, eso sin contar que me perdí antes de llegar al sitio dónde está. La primera me olvidé los papeles en casa ( si lo se, soy tonta y con título y todo) pero tiene su explicación. Hacía nada que me habían roto la ventanilla del conductor y me revolvieron todos los papeles, así que me los subí a casa para revisarlos y ordenarlos, luego olvidé meterlos en la guantera y así me presenté a pasar la ITV, el señor recepcionista no daba crédito y mi padre que me acompañó para vergüenza suya, me dijo de todo.
Volví a pedir cita esta vez con todos mis papeles, hasta la partida de bautismo y me hacen entrar. Uff qué nervios, me temblaba todo el cuerpo y entre los nervios y el ruido tan maravilloso del motor del coche (con más de 10 años) no oía nada bien las órdenes del que me gritaba desde la otra punta. Y al final ni usando mis armas de mujer o que deben ser inofensivas las mías, me libré de tener que cambiar los neumáticos y no se qué bombillas que ya estaban blancas. Así que me dieron un plazo, me gasté un pastizal en los arreglitos y pedí mi tercera cita en el mismo año, el de la recepción ya no reprimía su risa al verme. En fin finalmente a la tercera fue la vencida.
Y ayer, pobre de mí, me dí cuenta que toca volver a pasarla en Mayo, tengo las horas contadas, espero que esta vez, en lugar de ver tres veces al de la recepción de la ITV, lo vea una (porque a este paso nos haremos coleguitas), pero mucho me temo que de la segunda no me libro, seguro que algo le sacarán a mi pobre tartana.