Perdón por la tardanza....he estado de vacaciones y sin apenas Internet, pero ahora que he vuelto a la rutina ya no había excusa para no acabar la historia del viaje interminable.
...Finalmente llegamos al hotel, rauda y veloz pedí hielo para ponerlo en seguida en el tobillo y que la cosa no llegara a mas y afortunadamente así fue, porque solo faltaba pasar una luna de miel con mi ex-mareado y un esguince (ya se sabe que tres son multitud)
...Finalmente llegamos al hotel, rauda y veloz pedí hielo para ponerlo en seguida en el tobillo y que la cosa no llegara a mas y afortunadamente así fue, porque solo faltaba pasar una luna de miel con mi ex-mareado y un esguince (ya se sabe que tres son multitud)
Aquella noche no salimos del hotel, por el cansancio acumulado y porque él seguía con el mismo trastorno, empezaba a molestarme la situación ya que no notaba mejoría en él a pesar de la medicación y no dejaba de insistir en continuar con el viaje, un viaje con destino a tropecientos mil km y casi diez horas de avión, no me sentía tranquila. Amanecimos el segundo día en Madrid yo con ganas de salir, de verlo todo, de hacer millones de fotos, no porque no conociese la ciudad, sino por las circunstancias y el momento: mi primer viaje de casada. No se despertó con muchas ganas de nada, pero accedió a dar una vuelta por el Retiro y alrededores, la tarde la pasó en la habitación del hotel para intentar recuperarse lo máximo antes del viaje del día siguiente. Argggg a mi me daba igual el viaje, yo sólo quería estar con él y que se encontrase bien.
Milagrosamente a la mañana siguiente el Ex se levantó bastante más recuperado y ansioso por emprender el interminable vuelo (no se si he comentado alguna vez que él en condiciones normales se mareaba en un trayecto de tres paradas de bus urbano) Pero él iba preparado psicológicamente y "medicinalmente" (además de lo que le recetaron llevaba consigo todas las existencias granadinas de Biodramina y algún Valium que le arrimó su madre (por Dios qué familia mas pastillera ahora que lo pienso) Pues nada....resumiendo las largas horas de Avión, sucedió algo muy parecido a lo del tren, iba durmiendo casi todo el tiempo, se despertaba para comer algo y cuando le tocaba la siguiente biodramina, de vez en cuando tenia el detalle de preguntarme cómo estaba. Por mi parte me hice veinte millones de crucigramas, vi alguna peli, leía, escribía (decidí escribir un diario de nuestra luna de miel en clave de humor, que incluso a Ex, pasados los años, le encantaba releer y que en un arranque de genio cuando nos estábamos separándonos decidí romper, de lo que me arrepiento muchísimo de eso...y de no haber saltado en paracaídas desde el avión :P)
En fin concluyendo para no hacer esto muy (mas aún) pesado. Ya en Punta Cana el Ex empezó a encontrarse mejor, pero no del todo ( a ratos-diría yo oportunamente- le volvían los mareos y la tontuna cuando no le apetecía una excursión o similar recurría al malestar) Además de una avalancha de mosquitos que decidieron atacarnos con nocturnidad y alevosía, una diarrea, un paseo a caballo - me tocó por lo visto el equino más hiperactivo del grupo lo que produjo en mi un importante dolor de trasero por el galope y cierta afonía debida a los gritos de auxilio a los que el resto hacían oídos sordos- Pero Ex estaba contento de haber llegado hasta allí puesto que le hacía mucha ilusión y yo cedí, guardando la mía por viajar a París, Roma o Venecia, acordando que ya haríamos todos esos en los años futuros como matrimonio (Je!)
No fue como yo esperaba, ni la boda, ni el viaje....y todo hubiese quedado en una simple anécdota, siempre y cuando, al poco tiempo de casarnos no se hubiese acabado todo, siempre y cuando sumando señales, momentos y palabras no haya llegado yo a la conclusión de que no quería casarse y lo hizo obligado....por si mismo supongo, por mi parte no había prisa. Yo habría aceptado mucho mejor una ruptura antes de dar el paso, a que sucediese (esa ruptura) escasos años después, sin causa aparente en ese momento. Me quiso? por supuesto que sí, pero no lo suficiente, no de la forma en que yo lo quería a él. Nunca se portó mal conmigo, pero le reprocharé siempre la falta de valor y decisión a la hora de afrontar las cosas importantes.
pd: aunque el tono no os haya parecido muy de humor, yo sinceramente ahora recuerdo aquel viaje y me río de verme a mi misma en esa situación. No hace mucho aprendí que la mejor medicina para según qué dolores es saber reírse de uno mismo y buscarle a todo el lado positivo.....he viajado estos últimos años a sitios preciosos que jamás pensé que haría cuando me separé y.....sin un mareado, levitando a mi lado como acompañante (todo lo contrario ;)