La otra tarde estaba sola en casa de mis padres (me estoy convirtiendo en una okupa) y llamaron al portero automático..uff qué pereza levantarme del sofá para dar 5 o 6 pasos hasta el pasillo, además quién será a esas horas? (en mi familia sea la hora qué sea, siempre decimos lo mismo).
Descuelgo el portero:
Yo: quién es? -pasan un par de segundos y no obtengo contestación
Yo otra vez: quién?
La voz: quién es?
Yo: como que quién es? qué quiere?
La voz: qué quiere usted?
Yo (un tanto irritada): pero si me ha llamado usted!!
La voz: yo no le he llamado, a mi me han llamado
Yo (furiosa): me han llamado a mi!!!
La voz: y a mi también!
Yo: vayamos por partes...yo vivo aquí!
La voz: yo también
Entonces comprendí lo que sucedía y me entró un ataque de risa, de los de no poder parar, mientras oía la voz del vecino decir:
- Entonces es que nos han llamado a los dos.....(qué desparpajo)Yo no hacía más que reír y aunque intentaba hablar no se me entendía nada, y el hombre que me oía, empezó a reír también y dijo:
Bueno pues nada hasta luego vecina y yo entre carcajadas:- Adiosss
No pude parar de reír en toda la tarde, cada vez que me acordaba se me saltaban hasta las lágrimas y lo que más risa me daba, por absurdo que parezca, era imaginarme que alguien pasara en ese momento por la calle y nos oyera manteniendo ese absurdo diálogo. Pensarían estos como sigan así terminan quedando para un café.
Por otro lado, no tengo la más remota idea de a quién pertenecía aquella voz , y casi mejor, porque de lo contrario seguramente cada vez que me lo encontrara rompería a carcajadas e igual ya no se lo toma tan bien...
Cuando yo digo que todos los días me pasa algo... por absurdo que sea
Tenemos nuestros dias llenos de situaciones absurdas.
ResponderEliminarLa eleccion de la risa es genial, algunas personas se pasarian el resto del dia refunfuñando.
Estoy seguro de que cada dia el vecino mirara a todas las que se cruce intentando adivinar.
Ese tipo de cosas tan absurdas dan mucha risa.
ResponderEliminarBesos.
* Me tomo un descanso en el blog hasta la primavera. Me gusta ser ¿saltibanqui? de vez en cuando.
Sigo leyendo y contestando en los blog que leo. no te preocupes ¿Vale?
Ah..y dentro de unos días me bajo para el Sur.
ResponderEliminarMe voy a la Alpujarra. Desde la primera vez que me vió, me adoptó y no pude decirle no. Me tiene completamente enamorada.
Besos
¡Qué bueno!!! Esas situaciones son muy divertidas. Saludos
ResponderEliminarJorge: yo ante estas cosas, el 99% de las veces opto por reír...se lo pasa uno mejor. ;)
ResponderEliminarJajaja el vecino andará como yo cada vez que se suba en el ascensor con alguien, agudizando el oído por si reconoce la voz
Aqui: Ok, pues disfruta entonces de tu "saltibanquismo" invernal ;)
ResponderEliminarGranada! yo tengo una relación muy especial con esta ciudad, tiene embrujo y como tú dices, nadie que la visite puede negarse a su acogimiento y adopción. Las Alpujarras son preciosas...pero abrígate que hace bastante frío.
Un beso
Elvira: sí, jejeje parece sacado de una historieta o cómic de humor simplón. Pero en mi caso real como la vida misma jajaja
ResponderEliminarSaludos
Por dios! Yo no podría quedarme sin saber quién era! Pon un cartel en el ascensooor!
ResponderEliminar"Se ruega al que el otro día mantuvo una conversación de besugos conmigo por el mismo telefonillo que dejo un mensaje debajo de estas letras"
jajaj Y así, oye, pues continuais! jaja
Nebroa: jajaja, y si pongo un cartel en el ascensor y se presenta el susodicho en un momento en el que sólo esté mi madre y empiece de ligoteo con ella? jajaja. Ummm...podría resultar divertido, qué mala soy ;)
ResponderEliminarjajaj capulla! vale, mejor no. No hagas nada... (o sí)
ResponderEliminarNebroa: jajaja, en qué quedamos!!??
ResponderEliminarJAJAJAJAJA, qué bueno!!! Esto me ha recordado a mi hermano, que es un coñón de aquí te espero. Cuando alguien llamaba al timbre de casa casi nunca oíamos quién era porque sieeeempre había un corro de vecinas charlando frente al portal. Mi hermano, cuando se hartaba de preguntar "quién es?" carraspeaba y soltaba un berrido: "SILEEEEEEEEENCIOOOOOOO!!!" Claro, entonces no se oía ni el paso de una mosca. Entonces el muy cabrito soltaba un: "gracias. Quién es?" "Soy Fulanito", decía la visita (muriéndose de risa y de corte). Y mi hermano añadía: "Sube, Fulanito. Ya pueden seguir, señoras".
ResponderEliminarJajajajaja, jajajajja, Lenka me parto, es que no es para menos, y me imagino la cara de Fulanito cuando todas se callaran de repente y él en medio de todo jajaja. Genial por tu hermano
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