Voy a escribir de mi noche de bodas, omitiendo claro está, los detalles más escabrosos. Bien, resulta que hoy al ser esa fecha tan señalada inevitablemente me he puesto a recordar aquellos días que pasaron como en una nebulosa y ya escribí hace tiempo por aquí algo acerca de las señales que me avisaban una y otra vez del error que suponía para mi ese enlace y a las que por supuesto hice caso omiso, porque si lo llego a saber....
El que iba a ser mi marido hasta que la muerte nos separase (creo que se llamaba Raquel y no muerte, pero bueno) se presentó en la iglesia totalmente medicado con valium, torecan (si no recuerdo mal) y alguna droga legal mas, sufría de vértigos, mareos y creo que cagalera. Aguantó la ceremonia como pudo y llegamos al banquete, al segundo plato ya estaba diciendome por lo bajini que cuando acababa "aquello" (nuestro-se suponía-día mas feliz) que se encontraba mal, que le caían sudores (normal un 31 de Julio en Andalucia) A veces pensaba que me dejaría allí sola cortando la tarta ayudada del camarero, aunque me entristecía y preocupaba verle así, el Amooorr, que venda más grande nos pone. En fin aguantó también hasta los postres, pero a la hora del baile ya si que no, suplicaba con la mirada y con susurros que nos fuésemos de allí (de nuestra boda) con lo cual no abrimos el baile, no pude concederle uno a mi padre con la ilusión que tenía y prontito nos fuimos para el hotel.
Supongo que la gente imaginó lo ansiosos que estábamos por quedarnos solos, pero aún así familia y amigos quedaron muy extrañados con nuestra estampida. Luego con el tiempo y lo acontecido me da bastante rabia pensar que los que peor los pasamos ese día fuimos nosotros mismos, ya que a la mayoría de invitados les amaneció en la fiesta y que disfrutaron enormemente de todo aquello.
Camino del hotel, yo me imaginaba dándole un besito de buenas noches, un que descanses y hasta mañana, Yo!, que me había imaginado esa noche llena de lujuria, desenfreno,...etc. Lo cierto es que cumplió con los deberes conyugales (con el desenfreno y la lujuria escasos), y dando gracias porque si llego a quitarme una horquilla más del moño, cuando salgo del baño, en lugar de encontrarme con mi marido por estrenar, me topo con un hombre mayor barbudo dando ronquidos de animal.
Amanecimos e ilusa de mi creyendo que lo peor ya había pasado, su segunda manifestación tras el buenos día fue: "no me encuentro bien" Argggggggg
pd: que conste que no intento ridiculizarlo ni nada parecido, me casé muy enamorada (de lo contrario no lo habría hecho) solo que por lo visto (y según sus propias palabras, a veces contradictorias y dañinas) no era tan recíproco como se esperaba, como se me hizo creer. Y hay cosas que una misma se niega a ver, pero que ahí están, detalles, "señales"......
pd: La imagen la he sacado de Google (que es como las tiendas de chinos, tienen de to)